En esta serie, el artista implica en su reflexión estética todos los elementos que acompañan a la obra en su exhibición, es decir, lo que Kant acuñó como "parergon": el entorno de la obra; marco (si lo hay), título, notas informativas... Derrida desarrolló el concepto definiéndolo como "lo que afecta a la obra y coopera con ella desde un cierto afuera, desde los márgenes".
El artista configura Hotel + Los espejos a partir de la interrelación entre pinturas y textos: sistemas dobles y complejos con los que explora el "parergon", entendiéndolo como un espacio de juego, como una opción para dar más visibilidad a una parte de las cuestiones teóricas que le interesan y como una posibilidad de enriquecimiento de la pintura; una vía que permita expandir la obra más allá de los límites del cuadro, pero de forma sutil, eludiendo maniobras toscas... las pinturas pasan a formar parte de un juego que implica también al lenguaje, al contrato -precario- entre las palabras y a las cosas.
En el pasado Girbent propuso dos pinturas (aparentemente) idénticas a las que correspondía un mismo sentido.
Ahora propone dos "cuadros" distintos para cada pintura.
Girbent quiere mostrar estas pinturas, en contrapunto a la literatura mistificadora que las recubre de palabras y palabras, como acontecimientos inapelables, silenciosos y ambiguos... como presencias rotundas instaladas en la categoría de lo que no puede explicarse del todo, de lo que ningún discurso puede agotar... singularidades mudas y enigmáticas, emergiendo por encima de una maraña de lecturas posibles (1).
Los relatos, elaborados por el artista como si fuera otro, desdoblado en comentarista mistificador de sus propias pinturas, a veces con fragmentos robados, con palabras de otros, están saturados de referencias cinéfilas, literarias y filosóficas y aspiran a su propia coherencia. Progresivamente independientes del referente visual y del hecho pictórico en sí (como ha sido habitual en la literatura crítica asociada a la pintura a lo largo de su historia) los comentarios colaboran en el ocultamiento de los mecanismos reales de creación del artista, es decir, del artista mismo (2).
El dispositivo (3) que se propone contiene pues el esbozo de una teoría sobre la pintura y el esbozo de una teoría sobre el relato y abre la cuestión de hasta qué punto define y configura una obra (y su estatus) la literatura crítica a ella adherida.
(1): Aunque no descarta la posibilidad de que tales lecturas puedan desvelar alguna dimensión insospechada...
(2): Girbent se reserva la opción de ir introduciendo en los textos, de forma dosificada y sutil, opiniones personales verdaderas desgajadas de su programa teórico y estético real (desarrollado mayormente a partir de la oposición a algunos de los preceptos centrales del programa moderno)
(3): De tal dispositivo se deriva que el artista se reserva la opción de la impostura cuando recurra al relato.
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